Hay pocas noticias mejores que la de que uno reciba un premio. Y una de ellas es que lo reciba uno de tus alumnos.
Y este es el caso del proyecto fin de carrera de Pedro J. Ramírez Gutiérrez: el porting completo del GCC a toda una gama de microcontroladores de Microchip; los PIC de gama media. Es un proyecto que oriento con mucho orgullo; por la gran calidad en lo personal y en lo profesional de Pedro, y el excepcional trabajo que ha realizado. Pedro ha sido nominado como finalista en el primer concurso universitario de software libre por este proyecto fin de carrera; nominación que ya le conlleva un premio. Y en un par de días sabremos si gana el premio final o no.
Los microcontroladores tienen muy pocos recursos -lo más importante quizás, una memoria de datos muy limitada; hasta 386 bytes, de hecho-, por lo que generar código válido y soportar C entero -y no solamente un subconjunto- es todo un reto para el que desarrolla un compilador. Y Pedro lo ha conseguido, soportando en principio el 16F877 completo, así como otros microcontroladores similares, tal y como es el PIC16F73.
No es la única relación que llevo con Pedro: anteriormente fue mi becario bajo un proyecto OTRI de desarrollo de un sistema de redes de sensores distribuidos, cuyo objeto aún no puedo desvelar. En este trabajo Pedro también ha despuntado con brillantez por su trabajo profesional de calidad.
Por cierto. Sí, sé que la expresión oficial en español es «dirigir un proyecto», y no «orientar un proyecto». Pero no me parece ni correcta ni adecuada, aunque sea oficial. Un proyecto fin de carrera no se dirige: se dirige un coche, se dirige un barco. Se dirige una unidad del ejército. Pero no se dirige a un alumno; se le orienta. Exactamente como se dice en portugués, que me parece más bonito y adecuado que la forma que empleamos aquí.
Un buen orientador debe recomendarle a su alumno un tema acorde con lo que quiere hacer con su futuro profesional. Debe dejarle enfrentarse con las dificultades que le harán crecer, y avisarle donde están los problemas en los que no debe perder tiempo. Debe recomendarle lecturas, se le avisa por donde debe ir, y por donde hay dragones. Un buen profesor debe analizar con su orientado el futuro profesional, sobre el mercado, y sobre lo que necesita. Debe ayudarle en la búsqueda de empleo, motivarlo, empujarlo cuando lo necesite. El buen profesor que orienta un proyecto fin de carrera debe ser la palanca que el alumno empleará para impulsarse hacia el futuro. Pero no debe dirigir. Debe motivar, debe orientar, debe ayudar. Y espero haber estado a la altura de Pedro, y haber hecho todo esto adecuadamente.
Pedro: en poco tiempo defenderás el proyecto. Ganes el concurso, o quedes como finalista, para mí, has ganado. Y ha sido un honor para mí poder orientar un proyecto como el tuyo.
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