A veces una revolución es tomar la Bastilla. Es rápido, y todo el mundo se entera.
Pero a veces no.
Los últimos años están siendo alucinantes. Los historiadores probablemente pondrán el final de la edad contemporánea en el 11 de Septiembre del 2001, porque les mola emplear hechos luctuosos para estas cosas. Pero no nos engañemos. No es lo más importante que está pasando.
Los últimos años han sido un cambio radical en muchos axiomas en los que se basaban la cultura y la sociedad hasta ahora. El poder del estado, el poder de la prensa, el poder de la empresa. El poder de uno que, por su situación, da algo a muchos. Esto es lo que se está atacando ahora.
Está ocurriendo en todos los ámbitos: un particular puede abrir un blog, y convertirse en un líder independiente de opinión. Un completo desconocido, telonero de Tabletom -telonero de un grupo desconocido fuera de determinados ambientes-, se hace superventas. Un estudiante finlandes planta cara a lo más parecido a un imperio transnacional que existe en el mundo moderno. Algunos claman -aún en el desierto-, cambios en el paradigma de gestión de la carrera profesional en la misma línea. El que no quiera verlo, que no lo vea. Pero está ocurriendo. Mucha gente, en distintos ambientes, está llegando a la misma conclusión. Lo importante es el individuo. El individuo es un ente creador. No hay un creador de cosas, y muchos consumidores: todos creamos y consumimos, en distintos temas, en mayor y menor medida. Todos tenemos importancia individual. Todos somos especiales.
Se acerca una nueva sociedad. Los pasos son lentos. Algunos hacia adelante, otros hacia atrás. Partidos políticos, sindicatos, empresas, industrias completas están desorientadas. Alienar a los individuos cada vez es más difícil. Algunos se están enterando. Otros no.
Centrémonos en la música. Hablo con gente de faja etaria distinta a la mía con mucha frecuencia. Es una forma de vampirismo: aprendo mucho, y me permite mantenerme cercano a la realidad. Y veo como piensan. Y veo como se relacionan con la cultura. Y la relación que tienen con la cultura no es la que tenemos los de mi generación. No soy tan viejo -trentaipocos, frente a los ventipocos de mis alumnos-, pero me doy cuenta de que, aún hablando el mismo idioma, hay diferencias impresionantes en la forma de percibir el mundo. Para ellos, ser creadores de cultura, compartir, comunicarse, es natural. Yotube está abierto con mucha frecuencia en la red wireless de mi universidad; y no precisamente para ver contenido generado por los generadores tradicionales de cultura.
La cultura fue un servicio durante mucho tiempo. En algún momento del siglo XX, se convirtió temporalmente en un producto. Para el artista era difícil llegar a su público, y para el público era difícil llegar al artista. Eso dio poder al intermediario. El poder económico de la escasez. El mismo poder que hace que la fruta que tan mal se paga a los agricultores, tan cara se cobre a los ciudadanos en los puntos de venta.
Pero las barreras del intermediario se han roto. Los jóvenes saben como alcanzar a los artistas sin pasar por los intermediarios. Según los jóvenes adquieran poder adquisitivo, los artistas que saben alcanzar a su público sin intermediarios comenzarán a prosperar. Y el intermediario clama, grita, exigiendo que se mantengan sus privilegios en nombre de los derechos de los artistas.
La respuesta a su grito por el poder es el canon.
Muchos artistas son de mi generación; no fueron educados en esta mecánica de trabajo. Algunos se adaptan; otros sufren la disonancia cognitiva del que creía una cosa de la industria discográfica y se encuentra conque es otra cosa distinta, intentando mantener sus creencias. Desengañaos: para la industria discográfica sois objetos que se venden.
Podría hablar de MC Lars; pero dudo que muchos “estandartes de la cultura» entiendan sus letras, porque están en inglés -por cierto, su canción «Singing Emo» es demoledora-. Podríamos hablar de MC Frontalot; pero lo tacharían de friki: estamos en un país donde los “cultos» se reconocen analfabetos tecnológicos, y se enorgullecen de ello Para ellos, la tecnología no es cultura. Así nos va -por cierto, el vídeo de It is pitch dark hará las delicias de mis alumnos-. Podríamos hablar de Lobão, y sus discos «A Vida é Doce» (1999) y «2001: Uma Odisséia no Universo Paralelo» (2001). Éxitos de ventas, fuera de toda discográfica. Pero vale, Brasil es Brasil. Hablaremos de españoles.
Voy a hablar de Yamal.
Yamal es -en mi opinión de no especialista-, el mejor compositor y cantante de Hip-hop español. Con diferencia. Su primer disco, «Y el cielo por encontrar», es una joya: letras directas y muy honestas, de una escritura impecable, y con un flujo que solo él consigue dar. Para poder disfrutarlo, recomiendo encontrar una pausa de una hora sin interrupciones, y escucharlo con atención. Es una experiencia. No es un disco con canciones: es una experiencia continua.
No se si el disco se vendió mucho o no: pero es cierto que la promoción fue pésima. Personalmente, yo me enteré muy tarde de su existencia -y fuera de los canales «habituales»-; y hoy en día es una joya difícil de encontrar -pero lo recomiendo encarecidamente, sigue siendo el mejor disco de Yamal, y en mi opinión el mejor disco de Hip-Hop editado en Español-. El hecho es que Yamal mantuvo seis años de silencio después de la edición de este disco, con una nota de prensa con párrafos como este:
Tras el éxito de ventas de su primer disco “Y el cielo por encontrar» (BOA, 2001), Yamal comprendió que la industria discográfica no valora lo suficiente el trabajo de los artistas. Ante la política de encarecer los discos sin que los autores perciban más ganancias, Yamal decidió desvincularse de la industria para embarcarse en proyectos personales. Después de madurar durante 6 años un nuevo estilo, desafía a las discográficas publicando gratuitamente su esperando regreso. Para Yamal, la piratería musical no es un problema sino un cambio en el modelo de negocio y, por encima de todo, “un derecho de los consumidores a acceder a la cultura».
Yamal, lo siento. Los músicos no ganan dinero con ventas, aunque lo hayas descubierto tarde. Eso es dinero para el intermediario. No ganan dinero con el Canon: ese dinero es para los de siempre. Los creadores, los artistas, el dinero se lo sacan a los conciertos. Ahí está el dinero. Y para la industria discográfica sois objetos que se venden.
Y Yamal ha sacado un nuevo disco, que podemos descargar libremente de aquí. No es el Yamal del primer disco, fresco y optimista: es un Yamal oscuro y desengañado. Pero es un Yamal honesto. El disco es bueno; pero no tiene la lírica del primero. Quizás, a un oyente ajeno al hip-hop, le guste más el primero por ser «Cenizas» algo más espeso. Pero tiene la calidad de Yamal. Su flujo, sus frases, y su honestidad en las letras. Recomiendo que lo escuchéis. Y que localicéis el primero.
Mucha suerte en tu nueva andadura, Yamal -y espero que recuperes tu frescura anterior-. Si hay algún concierto por mi zona, me apunto. :-)
Suerte ti y a todos los músicos independientes, que creáis arte todos los días. (Si, a tí también te menciono, Antonio, a pesar de tus pésimos gustos televisivos. No me reclames. Hasta un poco de publicidad: podéis descargaros las maquetas de Antonio aquí)
Nota a los lectores habituales de este blog: vamos a reirnos un rato. Aquí tenéis “Singing Emo».
Falta “It is pitch dark». Hay que tener algo de conocimiento de “cultura popular informática�? para entender las bromas visuales y la letra. Desde la lámpara hasta el último detalle tiene su sentido. Dicho de otra forma: los que no sean de la “secta» se van a quedar a cuadros, los que sean van a llorar de tanto reír.
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