Como algunos sabréis, desde el 3 de Enero del 2014 soy vocal del Colegio Profesional de Ingeniería en Informática.
He ido en las listas de Pedro Espina, y básicamente mi posición era que le apoyaría en sus decisiones y en las reformas que quiere hacer, a cambio de que saque los reglamentos. Dichos reglamentos son mi «promesa electoral». Aquí podéis encontrarla: promesa electoral.
Las promesas electorales no están para dejarlas para el último día. Además, las listas de peritos de tribunal había que haberlas mandado hace una semana, y teníamos una carta en el buzón del colegio por parte de tribunales de Granada solicitándonos listas de peritos. Por ello, me he puesto con la mayor urgencia a redactar dicho reglamento.
El Viernes 10 de Enero, apenas una semana después de haber sido nombrado, mandé a la Junta de Gobierno del Colegio y al decano la propuesta de reglamento.
En la lista, salvo una versión nueva, con correcciones de naturaleza tipográfica principlamente por parte del decano, no se habló del tema. El sigiente consejo de la Junta de Gobierno no se habló del tema.
El reglamento es especialmente delicado, en principio porque tiene que salir _ya_. Si no mandamos la primera tanda de listas para enero, no podremos mandar nuevas tandas de listas hasta el próximo año, ya que es a principios de enero cuando los colegios mandan las listas de peritos a los tribunales -luego los tribunales escogen por estricto orden alfabético, siendo el primero sorteado-.
Por otro lado, tenemos el problema de que nuestros profesionales son poco conocidos y menos valorados; por lo que debemos desde el principio asegurar que se cumple la ley y se hace el trabajo con rigurosidad. Un ingeniero industrial hace una tontería en un tribunal, como intentar cobrar en B, y se la carga el ingeniero industrial; pero el tribunal supone que una profesión con el prestigio de la ingeniería industrial no va a tener un problema interno. En nuestro caso, si un perito de la lista del colegio hace una frikada, intenta cobrar en B o se salta los procedimientos legales, el juez mirará con mala cara. El segundo de la lista que lo haga, y la lista irá a la basura, y tirarán de las listas de ingenieros técnicos en informática -que ya han sacado su reglamento- o, en su defecto, de las listas «alternativas» que han estado usando hasta ahora.
La idea que llevo es tener grupos de listas por provincias: en principio, uno de Málaga puede querer ir a Málaga, y probablemente a Granada. Pero no querrá ir a Jaén o a Huelva, porque no le trae cuenta. Dentro de cada lista, realmente hay tres listas diferenciadas: una lista que se manda a los tribunales, una lista que utiliza el colegio si una persona les llama para pedir un perito, y una tercera lista pública, en la que un ciudadano pueda querer ver varios peritos, y negociar directamente con ellos. Esta última lista es un mecanismo de publicidad para cualquier ingeniero en informática colegiado. La pertenencia a las listas es completamente gratuita.
Se puede dar el caso, por ejemplo que alguien quiera ir en las listas de tribunal de Málaga; en las listas de peritos solicitados a colegio en Málaga y Granada; y que aparezca publicitado en la web que ofrece sus servicios en Málaga, Córdoba y Granada. O que solo quiera ir en las listas de tribunal, pero no quiere que el colegio publicite que ejerce también como perito. El colegiado determina dónde quiere aparecer y dónde no.
Respecto al orden de adjudicación de las pericias. En las listas de tribunal decide el tribunal según la ley, ahí el colegio no tiene nada que decir. Las públicas, escoge el cliente. Las que el colegio adjudica la pericia, son públicas, y cualquiera puede ver dónde está, y cuanto falta para que «le toque».
Respecto a los requisitos, cada colegio pone un requisito distinto. Todos los colegios tienen requisitos; ya que realizar una pericia supone incurrir en responsabilidad civil y penal; y hacer el tonto con las pericias te puede llevar a la carcel. Además, como somos poco conocidos, no nos podemos permitir el lujo de que alguien haga algo raro y manche el nombre. En mi propuesta, he procurado que sean asequibles: o haber hecho un curso, o pasar un examen gratuíto del propio colegio, o haber hecho ya pericias, o incluso que alguien que ya esté en la lista se comprometa a revisar que lo que estás haciendo está dentro de la ley. Con cualquiera de estas cosas se puede entrar en la lista.
En mi propuesta, el gobierno de los peritos de hace de forma completamente asamblearia, teniendo para entrar en dicha asablea solo que demostrar experiencia en pericias. Todos los debates de dicho consejo son públicos, quedan por escrito -se hacen por lista de correo a la que tienen acceso todos-, y así son auditables.
Finalmente, he incluído una propuesta de visado de las pericias. La idea del visado es doble. Por un lado, para los que tengáis menos experiencia en las visas tengáis la posibilidad de que un experto con mucha experiencia os revise la pericia y os avise si formalmente habéis metido la pata. Por otro, que podáis venderlo como un valor añadido a vuestros clientes. La visa de la pericia terminará llevando tiempo real a profesionales reales. Por ello, he propuesto un precio simbólico, un orden de magnitud por debajo de las pericias más baratas; las dos terceras partes van al revisor, y la tercera parte restante a un fondo finalista que tiene como objeto financiar cursos de reciclaje para colegiados.
La versión de mi propuesta actual: Propuesta de reglamento de peritajes.
He presionado para meterlo en la junta de gobierno del Viernes 24 de Enero. De momento, esta semana el vicedecano sido el único que se ha posicionado. Estoy intentando llegar a un acuerdo con él, aunque sea de mínimos. Una vez que echemos a andar este reglamento, veamos cómo funciona en la práctica, y los colegiados lo refinen según veamos los errores, lo más normal es que sufra importantes mejoras, pero ya a partir de la experiencia práctica. Y una vez que tengamos un reglamento de peritajes funcional y a gusto de todos, ya solo es quitar la parte relativa a los tribunales y tenemos todos los reglamentos restantes de mi promesa electoral. No soy muy amigo de los «carguítos», como sabéis los que me conocéis personalmente, por lo que en cuanto cumpla mi misión -o verifique que no podré cumplirla-, podré dejar paso a gente que gestione los siguientes pasos del colegio.